The Moon's Sigh

Hoy fui al circo...Jessica me invitó a ir con ella y con su familia a un espectaculo cirquense, no hubo nada sobresaliente excepto siete maravillosos tigres blancos, era impresionante la fuerza que emanaban, sus miradas no eran igual de tristes que las de los otros animales que habia visto, su pelaje era brilloso, su cuerpo enorme, sus garras fuertes, sus musculos no temblaban ni un ápice con los movimientos que les obligaban a realizar, no tenian miedo o por lo menos no lo demostraban, sus lenguas me parecian tan brillantes y sus rugidos envolventes, por un momento deseé tocarlos, mirarlos a los ojos y que me transmitieran valor, un poco de valor para continuar sin esta cobarde depresion....

El reflejo de su alma no estaba opacada por el maldito brillo de una jaula, su respiración no se convertia en el eco de lo que alguna vez fueron, sus dientes no velaban un sueño traicionado...no sé si crecieron en cautiverio o si fueron raptados de su habitat natural, no sé si ellos sueñan de la misma manera que nosotros, no sé sí distinguen la libertad de la opresión, no sé si lo hacen por instinto o porque les gusta ser halagados...pero lo que sí sé es que nadie merece ser prostituido para beneficio de un monton de malditos humanos que se divierten con verlos obedecer ordenes insulsas y baratas, no merecen ser expuestos, deberian estar ahi, libres para que podamos admirarlos en todo su esplendor, para que jamas se apaguen como flamas marchitas, para que nunca les haga falta exhalar un último suspiro, para que no tengan la necesidad de moverse con lentitud y recibir un golpe por hacerlo...para que cuando envejezcan puedan abrazar el descanso eterno con satisfaccion.