The Moon's Sigh

Miraba con tristeza la silueta de mi amigo correr bajo la lluvia, no podía comprender cuan apresurado estaba por llegar a nuestro destino; para mi, esos instantes bajo las ínfimas agujas del cielo sobre mi cuerpo eran lo mejor, el más delicioso consuelo que podría tener en estos momentos, la tristeza del cielo que actúa por naturaleza reflejaba el más puro estado de incertidumbre de mi alma, me gustaba esa sensación de frio taladrando mis extremidades y pecho, el imperceptible sonido de las gotas estrellándose sobre mi cuerpo, el pegoteo de mis cabellos empapados; giré mi rostro y vi a mi hermano caminando lentamente hombro a hombro con mi otro amigo, sonreí al ver a mi pequeño Tsuki en sus brazos y temblando por la lluvia, quizá no debimos mojarlo, es un perro pequeño y me preocupaba; devolví mi vista hacia el frente y metí los pies a un charco…no lloraba, no puedo llorar, no quiero llorar…aun recuerdo como posó su mano sobre mi hombro, no fue un abrazo como me habría gustado…pero bastó para saber que está ahí para mi, que puedo confiar en él, que lo necesito tanto como a los demás, que sin él, yo me derrumbaría…porque me guste o no y aunque sea por pretensión, es por ellos por lo que sigo aquí, por mis amigos y mi familia…por esos seres que tanto detesto y adoro.

Dicen que a quien más amas es a quien más odias porque es quien más te lastima….¿será cierto?

(la fotografia no es mia....por desgracia...)